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El HIIT es un tipo de entrenamiento con el que se consiguen resultados increíbles pero, ¿hasta qué punto es bueno forzar tu cuerpo con este entrenamiento?
El HIIT (en inglés, High intensity interval training) es uno de los métodos de entrenamiento que más popularidad ha ganado estos últimos años. Esto se debe a que, en un menor periodo de tiempo, se consiguen resultados casi inigualables comparado con otros entrenamientos, especialmente en resistencia.
Como todo esfuerzo físico, el HIIT requiere un tiempo de recuperación. Si no descansas adecuadamente, tu cuerpo producirá un exceso de cortisol y tendrás síntomas de estrés y cansancio físico (incluso aunque pares de hacer ejercicio).
¿Qué es el HIIT?
Un entrenamiento HIIT consiste en 10-30 minutos de actividad física en los que hay ejercicios de alta intensidad, con intervalos de descanso intermedios.
Este tipo de entrenamiento lo que consigue es que el corazón se acostumbre a subir y bajar de pulsaciones en muy poco tiempo, logrando así una mejora muy notable en tu resistencia física. Además, ofrece un montón de beneficios para la salud, entre los que están: bajar la tensión arterial, bajar de peso, aumentar la masa muscular…
Es por ello que se ha convertido en un método de entrenamiento muy popular. Sin embargo, no es recomendable saturar tu cuerpo de practicar muchos HIIT, ya que puede producir indeseados resultados y problemas graves de salud.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una de tantas hormonas que se encuentra en el cuerpo humano. Su función es manejar las situaciones de estrés, tanto físico como mental.
Cuando practicas HIIT, el cerebro nota estrés y provoca que se produzcan multitud de hormonas para regularlo, entre las que se encuentra el cortisol, que actúa en el sistema nervioso simpático, haciendo que te pongas alerta.
El sistema nervioso simpático se activa ante situaciones de peligro, como instinto de supervivencia. Lo que sucede cuando responde a una situación así (el estrés se considera como un tipo de situación de peligro), es que tu cuerpo recibe la energía necesaria para enfrentarse a una pelea.
El cortisol en concreto, es responsable de una serie de cambios psicológicos, entre los que encontramos cambios de humor (normalmente a peor), subida del azúcar y carbohidratos en sangre (para tener más energía ante la situación de peligro) y una represión del sistema inmune (debido a la subida del azúcar y los carbohidratos).
Cómo afecta el HIIT a los niveles de cortisol
Parte del motivo por el que el HIIT genera unos resultados tan rápidos y óptimos es por el cortisol que genera el cuerpo durante las sesiones de entrenamiento.
Como ya hemos mencionado anteriormente, cuando tu cuerpo está siendo sometido al HIIT, el cerebro recibe una alerta de que está en una situación de estrés (necesita más energía), por lo que se producen más hormonas del cortisol.
Esto no implica que el HIIT sea más peligroso para la salud, pero hay que evitar una sobresaturación, para que los niveles de cortisol no sean demasiado altos.
Síntomas de un exceso en el nivel de cortisol
El problema de tener niveles altos de cortisol, ya sea por estrés físico o mental, es que permanece en la sangre libremente, provocando efectos indeseados en tu vida diaria.
Es por ello que es importante no someter tu cuerpo a sesiones de entrenamiento excesivas o muy seguidas, ya que podrías sufrir de un aumento indeseado del nivel de cortisol.
Los síntomas que nos indican que hay un exceso de cortisol en sangre son los siguientes:
- Fatiga crónica.
- Fatiga muscular y menor fuerza a la hora de hacer ejercicio.
- Cambios de humor.
- Falta de motivación física y mental.
- Cambios en el patrón de sueño e incluso insomnio.
- Ansiedad.
- Represión excesiva del sistema inmune (mayor facilidad para enfermarse).
Cuando tu cuerpo sufre un desequilibrio en los niveles de cortisol, estos son los principales síntomas que aparecen. Si la sobresaturación ha sido continua en el tiempo, lo más probable es que tarden en desaparecer estos síntomas.
Lo ideal es que el cuerpo sepa diferenciar situaciones de peligro o estrés, para que se produzca cortisol en esos momentos. Si realizas demasiados HIIT (u otros entrenamientos en exceso), el cerebro puede sentirse confuso y seguir produciendo esta hormona.
En este post hemos hablado en concreto del caso del HIIT, ya que es el entrenamiento que suele producir una mayor demanda de cortisol. No obstante, esta advertencia está presente en todos los tipos de saturación tanto física como mental que puede sufrir tu cuerpo.
La importancia de un buen descanso
Además del sistema nervioso simpático, el cuerpo cuenta con otro sistema, conocido como sistema nervioso parasimpático. Este es el encargado de actuar en los procesos de descanso, digestión y recuperación del cuerpo.
La calidad del descanso entre los entrenamientos es muy importante, ya que es la forma en la que tu cuerpo se recupera y fortalece para la siguiente sesión de entrenamiento.
Para conseguir una mejor recuperación, debes mantener buenos patrones en estos aspectos:
- Sueño.
- Buena nutrición y adecuada hidratación.
- Meditación o ejercicios de control de la respiración.
- Cierta abstinencia de ejercicio físico de alta intensidad.
Si tu cuerpo se encuentra siempre ante situaciones de estrés, la calidad de los descansos decaerá, produciendo cada vez un desgaste mayor en ambos sentidos.
En el caso de los entrenamientos HIIT, es fundamental que haya mínimo un día de descanso entre cada sesión. De esta manera, tu cuerpo podrá descansar y recuperarse, al igual que los niveles de cortisol disminuirán.
